Tribuna

Desafíos económicos en el mundo post-pandémico

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No soy médico para comentar los aspectos epidemiológicos del virus que nos afecta. Pero algunas implicaciones sociales y políticas son obvias. El primer punto es que hay un debilitamiento generalizado de las políticas sociales en todo el mundo, y con fines de gobernanza todo comienza con una clara reversión de las prioridades que favorecen el sistema financiero.



El límite de gasto, la pérdida de los derechos laborales, el retroceso en las jubilaciones, los ataques contra las organizaciones de la sociedad civil, la congelación del salario mínimo y los programas sociales y otras medidas tenían como denominador común el bloqueo de los ingresos y el acceso a los bienes de consumo colectivo por parte de la corriente principal, al tiempo que ampliaba radicalmente los beneficios de los bancos y los grandes aplicadores financieros.

Coronavirus y sus implicancias sociales

El coronavirus es de naturaleza democrática. No tienes preferencias de clase. Los privilegiados sin duda tienen más medios para protegerse, con el trabajo en casa por ordenador, con casa de campo, con amplias estancias que permiten evitar contactos directos. Pero en general, el debilitamiento del sistema de salud en masa de la población agrava la vulnerabilidad en varios países en su conjunto.

Las lecciones que ya estamos dibujando, es un efecto indirecto frecuente cuando surgen crisis. De repente, recordamos que todos somos seres humanos, con las mismas vulnerabilidades, y debilitando la salud de algunos genera tragedias para todos. Hay claramente en varias naciones latinoamericanas un discurso para detener al Estado, en nombre de la “lucha contra la corrupción”, cuando el dinero se desvía de lo esencial (salud, educación, seguridad…) a la acumulación financiera de millonarios, constituye un escándalo sin tamaño que la gente está empezando a entender.

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Una respuesta desde una visión cristiana

Desde un punto de vista cristiano, basado en Jn 10,10: “He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”, es necesario asegurar el aumento de los ingresos en la base de la sociedad, a través de una propuesta fundamental, la renta básica universal y tantos otros mecanismos que ya existen. El fondo del día es que más dinero llega al fondo de la sociedad.

Por lo tanto, las empresas tienen a alguien a quien vender y pueden contratar mano de obra. Los políticos latinoamericanos necesitan pagar poco cuidado a las familias, las empresas si el gobierno con facturas rotas, y la perspectiva de entrar en un período con la economía paralizada. La calidad de vida de los más pobres depende en orden de magnitud de dos factores: el dinero en sus bolsillos y el acceso a bienes de consumo colectivos.

En este último sentido, el deber del Estado y las políticas sociales públicas debe ser. El ciudadano no puede comprar una comisaría, pero necesita seguridad, no puede comprar un hospital, pero necesita salud, no puede comprar una casita, pero necesita ocio. Es un conjunto de procesos que comienza con la necesidad de ingresos de las familias y pasa por el acceso a la infraestructura en los sistemas públicos, universales y libres.


*Miembro de la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos y Diputado Estatal de Minas Gerais